El director funerario ayuda a llevar el shock emocional que ocasiona la pérdida del ser querido, mientras se está en el proceso de planeación del servicio funerario. Estas personas tienen un trabajo delicado, y deben ser expertos para poder dar comodidad, compasión, comprensión y amabilidad a las familias que están pasando por la pérdida.
Los directos funerarios están para la familia, están presentes y tiene la responsabilidad de ofrecer un servicio integral, durante todo el proceso, ya sea del servicio funerario o de la cremación.
Esta profesión no contiene actividades difíciles de realizar, es decir, cualquier persona organizada y con buena comunicación podría con ella. El asunto está en que las circunstancias en que se dan ponen a las personas en una situación que no todos pueden lidiar.
Las cuestiones emocionales por las que pasan los clientes no son fáciles, y el director funerario debe entender muy bien lo que hace y para qué tipo de clientes trabaja. Además, son consejeros y brindan orientación sobre que comprar.
Por supuesto, no todos los directores tienen ese tacto, pues existen los que solo les interesa el dinero y lo que quieran es vender, sin importarles el momento por el que se está pasado.
Los directores funerarios supervisan y organizan más de lo que se pudiera pensar.
Deben conocer y seguir las leyes relacionadas con las decisiones de un cliente, cuando lo ha contratado. Siempre deben de permanecer al frente de las funciones para evitar cualquier abuso o mal realización de actividades o tareas asignadas.
Deben presentar una lista de precios generales a todo aquel que pregunte por el costo del servicio. Asimismo, el director crea y presenta la lista de precios para que esta se lleve en buen tiempo.
Para hacer esto, es necesario tener el conocimiento suficiente sobre la industria de la muerte, y concretamente sobre las leyes actualizadas, así como otras cuestiones que como todo se mantiene cambiante.
Por lo que el trabajo del director funerario es estar al día sobre las noticias de su profesión para poder aplicarlo en su trabajo.
Además, una de sus tareas es que la lista de precios y su descripción este completa y satisfaga al cliente. El tipo de información que suele incluir es: arreglar el transporte del cuerpo del lugar en donde se encuentra a la funeraria, arreglar la cremación, embalsamiento, sacerdotes o servicios religiosos, personal de cementerio, personal encargado en la preparación del cuerpo.
Los directores funerarios también estarán pendientes que todos los trámites legales estén completos y listos de manera organizada, y a tiempo. Debe checar que las notificaciones de muerte por parte del forense esté bien hecha y que a tiempo.
Asimismo, deberá encargarse del obituario y su publicación en el periódico local, lo que nos lleva a lo siguiente, que los directores hoy en día deben tener conocimiento de los medios de comunicación social, no solo medios escritos, también de internet y teléfonos inteligentes. Y dominar el lenguaje de la comunicación oral y escrita, no solo para los mensajes, sino para su trato con el cliente.
Finalmente, el director funerario puede reúnase con la familia después del funeral, para entregarles el libro de registro, tarjetas florales y demás objetos que pudieran haberse recibido, así como para aclarar cualquier cosa que sea necesaria.