A la muerte de un ser querido, existen situaciones que deberán ser atendidas inevitablemente, será necesario tomar decisiones importantes. Hazlo a tu tiempo, sin apresurarte.
Lo mejor será hacer una lista con las cosas que se consideren prioridad, esas que por causas prácticas deben atenderse cuanto antes; por lo general estas suelen ser: cuentas bancarias, casas, bienes raíces, situaciones laborales, temas financieros, etc. Considera que siempre podrás echar mano de personas que te pueden ayudar con algunas diligencias.
Cómo proceder y en qué tiempo, va a depender de cada persona y su proceso de duelo. Para algunas sentirán la necesidad de ordenar las pertenencias de su ser querido cuanto antes. Otras, por el contrario, necesitarán dejar todas las cosas en el mismo lugar por más tiempo.
En cuestiones de dolor, no existe una manera correcta o incorrecta de cómo proceder con lo que respecta a las pertenencias del fallecido. Eso sí, algo que podrá ayudar a sentir más control, es realizar un plan sobre lo que se quiere hacer.
Botarlo todo desesperadamente, sin duda no será buena idea, así como tampoco dejar las cosas igual por años y años evadiendo la situación. Lo importante es que se esté listo para comenzar con la tarea.
Por esta razón, a continuación os dejo una serie de puntos que serán de ayuda a la hora de empezar a lidear con las pertenencias del ser querido que se ha ido.
1.- ¿Lo harás solo o pedirás ayuda?
Si has decidió pedir ayuda para esta tarea, lo común es que pienses en familiares cercanos; de igual manera, también puedes acercarte con amigos allegados.
Tal vez alguno de tus amigos es bueno para organizar, quizá alguien sea bueno para tomar decisiones, etc. Establece una fecha, y hazla saber a la o las personas que deseas te ayuden.
2.- Cuánto tiempo se dedicará a cada actividad.
Cuantas horas al día se estará arreglando y ordenando las pertenencias del fallecido. Considera lo abrumador que esto puede resultar, pues es seguro que aparecerán objetos que no se han visto en mucho tiempo, así como continuos recordatorios del ser querido. Quizá se desea hacer todo en una sola sesión, pero si la tarea se vuelve abrumadora y cansada, lo mejor es tomar un descanso y continuar al día siguiente.
3.- Crear un plan y priorizar actividades.
Si el fallecido tenía propiedades, cuentas bancarias, era dueño de una empresa o negocio, atender estas situaciones es probable que se conviertan en prioridad. Tal vez, después de esto, atender sus pertenencias personales, su habitación, etc. es bueno. Por supuesto, qué es lo que se atienda primero dependerá de cada persona y de lo que se le acomode mejor.
4.- Considera a las personas que no pueden estar presentes, pero desean algún artículo de valor del ser querido.
Es importante no asumir que se sabe que artículos son de valor para los demás miembros de la familia. Es común que ciertas cosas para unos no tengan el más mínimo valor, y para otros significan mucho. Para evitar malos entendidos y resentimientos, lo mejor es preguntar qué artículos son los que quisieran conservar, solo entonces se puede proceder a tirar o regalar pertenencias.
Finalmente, esta tarea puede ser abrumadora; pero también puede resultar sanadora y formar parte del proceso de duelo. Si se ha decido hacerlo acompañado asegurarse que sea al lado de personas que amen y sirvan de apoyo genuino. Seguro habrá lágrimas; al mismo tiempo, se recordarán historias, se recordará la vida y habrá risas.