Quizá no piensas mucho sobre tu muerte, y en lo que quieres que pase con tu cuerpo sin vida. O quizá, una que otra vez lo has meditado, y tal vez eres de los que se inclinan por algo sencillo, o por no tener un servicio funerario. Lo cierto es que todos necesitamos una oportunidad para decir adiós, aún si es de la manera más sencilla.
Hay una frase que he escuchado en distintas ocasiones: Los funerales son para la vida, y saben qué, me parece que tiene sentido. A lo largo del artículo os diré porque.
Los funerales son para los dolientes.
Es fácil subestimar el valor real de un funeral, y lo que puede significar para la familia cercana. Y es que cuando alguien muere, suele pensarse que el funeral es para ellos, pero un cambio de perspectiva nos cambia la visión: El funeral es sobre ellos, no para ellos. Es necesario decir adiós, no importa si es de manera sencilla. Sacar la aflicción y dolor, así como dar y recibir apoyo de las personas allegadas, pues sabemos que sufrir la pérdida de un ser querido es algo que todos enfrentaremos alguna vez, y entendemos que no es fácil.
Es más, si se voltea al pasado, uno puede darse cuenta, que desde las culturas más antiguas, siempre han existido rituales para honrar y recordar a los muertos. Esa necesidad de dar reconocimiento a la persona que formó parte de nuestras vidas, y significó algo importante para nosotros, un momento para honrar su vida y respetar su partida, ha estado presente desde hace miles de años.
Los funerales ayudan a que el dolor no se quede dentro.
Se han realizado investigaciones, en donde se ha visto que tomar parte de un funeral, es útil para compensar los efectos inmediatos que puede causar la muerte de un cercano, como son: el estado de shock, negación o incredulidad.
En este sentido, los funerales contribuyen a desplazar el dolor, que este no quede dentro de las personas; además, dan sustento a una parte importante y necesaria del proceso de duelo, pues refuerzan lo que ha sucedido, moviendo a la persona a aceptar la realidad. Les da entendimiento para aceptar que la muerte del ser amado ha sucedido de verdad.
Asimismo, el servicio funerario, representa un lugar apropiado y confortable para que los deudos puedan mostrar su dolor y sus sentimientos de pena; al mismo tiempo, son consolados y apoyados por sus cercanos. No hay que olvidar que somos personas, y como tales, necesitamos afligirnos. Expresar el dolor que se trae adentro, es sano.
De la misma manera, pasar por el proceso de un funeral, da la libertad de poder ser reales con los sentimientos, es un buen lugar para hablar, decir lo triste que se está, expresar apoyo mutuo, quizá contar historias y recordar.
Por último, tener la posibilidad de expresar y sacar el dolor de manera sana, al tiempo de saber que no se está solo y hay gente que apoya y también rinde homenajes y recuerdos al familiar que se fue, siempre será reconfortante y ayudará a pasar mejor la pérdida.
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